Parabenos, sulfatos, talco, son sólo algunas de las sustancias que contienen la mayoría de los cosméticos. No sólo está en juego nuestro salud, también la de los animales y la del ambiente.
Amante de lo bello, de aquello que tiene estética, soy Sol en conjunción Venus. Enamorada de la naturaleza y de los animales. Sin embargo, hoy puedo decir que hay felicidad en la ignorancia. Durante muchos años, tuve falta de conocimiento sobre los productos cosméticos que consumía. En ese tiempo, desconocía las pruebas con animales en las industrias de maquillaje y cuidado de la piel. Aprender sobre esto, me abrió los ojos a ciertas realidades y me obligó a profundizar en estos temas.
A continuación, les brindo información certera y fidedigna. Está en nosotros buscar cosméticos naturales que no sólo nos cuiden sino que también, cuiden a los animales y al medio ambiente.
Cruelty free
Probar la seguridad de los productos cosméticos, de cuidado personal y domésticos en animales se basa en la suposición obsoleta de que los cuerpos de los animales responden de la misma manera que los humanos.
Por lo tanto, cientos de miles de animales, en su mayoría ratones, ratas, conejos, pero también perros, gatos y monos, son sometidos a pruebas donde son torturados cada año en nombre de la “ciencia”. Debido a las grandes diferencias biológicas entre humanos y animales, este tipo de prueba no proporciona datos precisos y confiables y da como resultado ceguera, envenenamiento, sufrimiento y muerte para animales inocentes.
Para identificar las marcas cruelty free, podemos buscar el símbolo del conejito en el envase, de todas formas hay algunas que no lo tienen y si no son testeadas en animales, por eso siempre es bueno consultar o investigar. En el caso de marcas más chicas que no suelen contar con los sellos de certificación, investigando y conociendo quién está detrás de todo el proceso de producción podrás obtener esa información.
Todo, absolutamente todo lo que elegimos representa un mensaje para las industrias que nos venden. Si sólo compráramos productos libres de maltrato animal esas marcas no tendrán opción que dejar de hacerlo; si dejamos de comprar alimentos llenos de agroquímicos, no tendrán opción que dejar de fumigarlos; si dejamos de comprar en tiendas que explotan personas, generan muchísima contaminación y destruyen el planeta ¡no tendrán otra opción que dejar de hacerlo!
Es nuestra compra, nuestra elección laque mueve el mercado, y por ende, la que puede generar cambios reales.
Y atención, porque también existe el marketing de las marcas para lograr ventas. Por ello, sugiero que no te guíes por leer o escuchar que una marca dice ser sustentable, siempre es necesario investigar, conocer sus certificaciones y sus avales de sustentabilidad. En lo personal, creo más en los pequeños productores que en las grandes marcas.
Productos que no contaminen, al planeta no le queda mucho resto.
Para muchas personas, la idea de productos naturales de salud y belleza evoca imágenes de hippies bañándose en un río mientras se cepillan los dientes con bicarbonato de sodio en una rama. Y si bien esto pudo haber sido el caso, ciertamente ya no lo es.
Nuestra piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo; por lo tanto, todo lo que ponemos en nuestra piel se absorbe en nuestro cuerpo a través de este órgano. Es muy importante cuidarla y valorar aquello que ponemos sobre ella, que sea tan importante como lo que ingerimos en alimentos.
Existe una gran cantidad de sustancias que son nocivas pero, se minimiza el mensaje al informar que no lo son si no superan un limite diario en el cuerpo. Ahora, yo me pregunto, ¿cómo controlo la cantidad de ese producto que entra en mi cuerpo? Porque para poder controlarlo, deberían decirme cuánta sustancia, de medida estándar, contiene el cosmético. Y no sólo eso, me tendrían que dar una idea de cuánto debería colocarme por aplicación, o al menos un estimativo.
Nada de eso sucede, simplemente dicen que esa sustancia en la cantidad que incluye el cosmético es segura, pero no me dicen cuanto de eso va a ingresar en mi organismo ni tampoco con qué frecuencia tendría que utilizarla para
que no me haga daño.
Para evitar todo este vacío legal lo mejor es EVITAR estas sustancias:
- Triclosán
- Lauril Sulfato de Sodio y todo tipo de sulfatos
- Compuesto de Polietilenglicol (PEG) y PG
- Pfelendiamina
- Dietanolamina (DEA, MEA o TEA)
- Ftalato de Dibutilo.
- Siloxanos.
- BHA y BHA
- COAL TAR
- Formaldehido
- Parabenos: metilparabeno, propilparabeno, butilparabeno
- silicato de magnesio (talco)
Todas estas sustancias tienen estudios que muestran el daño que pueden causar a la salud, desde eczemas, reacciones dérmicas, alergias, problemas hormonales y cáncer.
El uso de productos naturales reduce la cantidad de toxinas y productos químicos que deben filtrarse de la corriente de aguas residuales. En los últimos años, ha habido una gran afluencia de “nanoresiduos” en muchos exfoliantes faciales y corporales. En
lugar de estar hechos de cáscaras de nueces o semillas, sal o azúcar, son esencialmente piezas pequeñas de plástico. Y, dado que la mayoría de los filtros de tratamiento de aguas residuales no están diseñados para manejarlos, este plástico termina en fuentes
de agua, lo que contribuye a la contaminación y a los “océanos de plástico”.
Utilizar exfoliantes naturales es mejor para vos y para el planeta: ¿quién quiere refregarse la piel con polietileno?
Te comparto además, dos apps que te ayudarán a chequear los componentes de tus cosméticos:
- Think Dirty
- Ingreed.
Ojalá que esta nota les haya servido como a mí en su momento que contar con información veraz me abrió los ojos. Puede ser que nos lleve más tiempo poder encontrar un producto con las características que buscamos para nuestra belleza. Pero ganamos salud, bienestar y somos ciudadanos responsables frente a nuestro planeta.
Es momento de hacernos responsables, ¿no lo creés?