Lavanda, la planta de la paz

Relaja, nos brinda paz y armonía a todo nuestro ser. Conocé todas sus propiedades medicinales, terapéuticas y cosméticas. Además, te enseño a hacer el aceite macerado y el scrub de lavanda.

Sin dudas, la lavanda es mi hierba preferida. Su aroma me transporta, me
conecta con el presente, me da calma. 

Lavándula angustifolia, así es como se denomina a esta planta medicinal tan generosa, es un arbusto que nace en los países mediterráneos de Europa y África. Sus flores contienen aceites esenciales que son ideales para el cuidado de la piel y también para aromoterapia por su fragancia equilibrante y calmante. 

¿Sabías que las más antiguas civilizaciones utilizaban la lavanda?  Mediante diversos procedimientos disfrutaban de sus beneficios y de sus propiedades terapéuticas. Por ejemplo, 

los Romanos la utilizaban en sus baños por sus cualidades antisépticas.

Beneficios

El aceite de lavanda, rico en esteres y en alcoholes, es muy útil cuando estamos ansiosos o estresados. Nos ayuda a relajar la mente, y resulta muy beneficiosa su aplicación en momentos de tensión. Si tenés problemas para conciliar el sueño es ideal, así como para apaciguar dolores de cabeza. 

Sus efectos sedantes también son recomendados para la sensación de agobio que perciben quienes son nerviosos o inquietos, o para quienes pasan por un período de desequilibrio afectivo. 

Propiedades Cosméticas

El aceite esencial de lavanda es un gran regenerador de las células cutáneas y es sugerido para tratamientos de acné, pieles deshidratadas y agredidas por el medioambiente. Así como para pieles sensibles. Por su poder antiinflamatorio es muy efectivo para tratar quemaduras, inflamaciones, soriasis y heridas.

Sin dudas, debe ser parte de tu botiquín herbal. Por ello, hoy les quiero enseñar a hacer un aceite macerado de lavanda. 

Yo lo uso solo después de una refrescante ducha de verano, cuando llego a casa, o como base para  productos para el cuidado de la piel, como exfoliantes corporales, ungüentos y bálsamos labiales. 

El aceite macerado de lavanda también es excelente para usar en picaduras de insectos, piel quemada por el sol y otras erupciones cutáneas, es relajante y ayuda a bajar la ansiedad y disminuir contracturas musculares. 

Dado que la lavanda es una planta amable, se presta para mezclar bien con aceites esenciales, como el aceite esencial de limón, para generar un aceite post solar refrescante. 

El aceite esencial de geranio es otra buena opción para generar un aceite relajante. La esencia dulce y delicada de la rosa la convierte en una buena opción para hidratar la piel, y por sus cualidades relajantes y que mejoran el estado de ánimo. Es ideal para pieles sensibles y para favorecer un buen descanso. 

Aceite macerado de lavanda

Ingredientes:

• Aceite base: puede ser almendras, jojoba, girasol. 
• Flores de lavanda secas. 

Paso a paso:

1. Colocá las flores de lavanda secas en un frasco seco y limpio. 
2. Luego, cubrí las flores completamente con el aceite base de tu elección. 
3. Asegurate de que no salgan flores ni tallos del aceite, ya que esto
   puede causar moho.
4. Tapá el frasco con una tela para que pueda respirar.
5. Cubrí y dejá el frasco en un lugar donde le dé el sol durante al
   menos 15 días. 
6. Una vez que pasó este período, colá con filtro de café. 

 
Y listo! Ya tenés tu aceite macerado. Ahora, podés colocar unas gotas
de el aceite esencial que desees. 

Scrub o exfoliante de lavanda

Ingredientes: 

• 1 taza de azúcar
• 6 cucharadas del aceite macerado
• 10 gotas de aceite esencial de limón u otro aceite esencial de su
  elección.

 
Paso a paso:

1. Mezclá los ingredientes en un envase y luego transferilos a un buen
   frasco. 
2. Agregá un poco más de aceite si es necesario. 
3. Cuando estés lista para usar tu exfoliante, sacá un poco del frasco
   pero evita que ingrese agua. 

¡Que lo disfrutes!