En esta nota me encomiendo en contarte todo lo que no sabías sobre el limón, un fruto con múltiples propiedades que distan mucho de ser meramente culinarias. Sus aplicaciones son súper variadas y su medicina es infinita. Te invito a descubrir todo lo que tiene para brindarnos.
Los orígenes del limón
Las evidencias de ADN sugieren que todas las plantas de cítricos se originaron en el sureste del Himalaya. Estos son los lugares en donde se cree que se originó el híbrido: China, Pakistán e India. En el siglo XIII, llegó a Europa de la mano de los pueblos árabes. De hecho, la palabra “limón” procede del término árabe “laymún”. Su cultivo se extendió rápidamente por toda la Península Ibérica.
Durante el siglo XVIII, el limón se hizo famoso entre los marineros, que solían consumirlo en abundancia durante sus largas travesías porque sabían que les protegía frente al escorbuto. La razón de esto es su riqueza en vitamina C, que se descubrió en 1932.
Características del limón
El limón es el fruto del limonero (Citrus limonum o Citrus x limon), un árbol de apenas 4 metros de alto, con el tronco grueso, la corteza grisácea y la copa abierta y redondeada. Es una planta híbrida, resultado de miles de años de fitomejoramiento humano. El limonero es un pequeño árbol leñoso de hoja perenne. Algunas variedades tienen espinas, mientras que otras no. Prefiere pleno sol a sombra parcial y suelos bien drenados.
Sus hojas son alternas, anchas, verdes y cerosas, y las fragantes flores son blancas o, a veces, de color púrpura claro, tienen cinco pétalos y crecen en pequeños racimos. Con una larga temporada de floración, dependiendo de la ubicación, pueden florecer durante todo el año.
La fruta (limón) es un tipo de baya con una piel gruesa, conocida como hesperidio. Tiene forma ovalada con extremos puntiagudos, verde cuando está inmaduro y se vuelve amarillo a amarillo brillante cuando está maduro. Cada limón mide, generalmente, de 5 a 7 cm de largo, con la parte interna encerrada en 8 a 10 segmentos. La cáscara de limón tiene picaduras del tamaño de un alfiler y consta de dos capas (la capa exterior de ralladura amarilla y la capa interior de médula blanca). Las semillas son ovaladas y pequeñas, midiendo hasta 10 mm de largo. En general, la fruta tarda de 6 a 9 meses en madurar por completo, y la fructificación ocurre principalmente en otoño e invierno, sin embargo, algunos limoneros pueden producir frutos durante todo el año. ¡Un árbol de limón tiene el potencial de producir hasta 3000 limones por año!
El fruto se puede cosechar cuando es de color amarillo verdoso a amarillo. Cuanto más pesada sea la fruta, más jugo contendrá, y los niveles de acidez varían según el color; los limones de color amarillo oscuro son menos ácidos que los de color amarillo claro o verde. Una vez recolectados, los frutos deben almacenarse en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar; se pueden mantener a temperatura ambiente durante unas dos semanas, y la vida útil se extiende a 6 semanas con refrigeración. Para conservar la ralladura (la capa más externa de la cáscara), se puede secar y luego almacenar en un lugar fresco y seco durante 2 a 3 meses.
El limón crece mejor en climas subtropicales, ya que necesita largos períodos áridos. Se cultiva, actualmente, en muchas regiones del mundo, los principales países productores a nivel mundial son: México, India, Argentina, Irán y España.
Se lo conoce principalmente por su rol en la cocina, siendo apreciado en todo el mundo por su amplia gama de usos culinarios. Aporta su sabor y aroma característicos. En muchas recetas el sabor del limón no se aprecia en el resultado final, pero se utiliza con buen sentido porque potencia los aromas de los alimentos a los que acompaña y ofrece un contrapunto ácido exquisito. De hecho, el jugo de limón se agrega al pescado en muchos lugares del mundo, ya que ayuda a neutralizar el olor y convierte las aminas (que están implicadas en las enfermedades transmitidas por los alimentos) en sales de amonio. La carne se suele marinar con jugo de limón, lo que agrega sabor y ayuda a ablandarla. Además, agregar limón a los alimentos ricos en hierro puede ayudar a aumentar la biodisponibilidad del mismo. También, se utiliza el jugo sobre otras frutas ya cortadas, para evitar la oxidación, su mecanismo de acción es el de reducir la fenol oxidasa. Existen muchos otros usos culinarios del limón: licor, agregado a otras bebidas, en la pastelería, en ensaladas, en conservas, etc.
Al momento de exprimir el jugo de los limones, se recomienda que la fruta esté a temperatura ambiente o más caliente, ya que esto hará que sea más fácil de extraer, simplemente puede calentarse el limón colocándolo en un recipiente con agua tibia antes de exprimirlo. Además, se aconseja hacer rodar el limón sobre una superficie dura antes de exprimirlo, ya que esto ayuda a estimular el flujo del jugo.
Propiedades medicinales del limón
Es una fruta muy rica nutricionalmente hablando. Por cada 100 gramos de limón contiene:
- Calorías: 27,6 kcal
- Proteínas: 0,69 g
- Grasas: 0,3 g
- Hidratos de carbono: 3,2 g
- Fibra: 4,7 g
A su vez, aporta multitud de minerales y vitaminas al organismo, como el potasio, el selenio, el hierro y el magnesio.
Cuando se trata del uso medicinal, se utiliza la cáscara de limón, el aceite extraído de la cáscara y el jugo. El jugo de limón contiene, principalmente, azúcares y ácidos, mientras que la capa más externa de la cáscara (denominada “ralladura”) tiene un alto contenido de aceites volátiles.
El limón tiene sabor agrio, que en la Medicina China Tradicional se asocia con la astringencia y se considera capaz de prevenir la fuga de líquidos y energía. En particular, el sabor agrio se usa para “drenar” el hígado, y se considera Yin y refrescante. La reputación del limón como refrescante es bien conocida, lo que hace a la limonada una bebida popular en verano.
Aunque el limón es muy ácido, tiene efectos alcalinizantes en el cuerpo. Esto hace que sea útil en las afecciones reumáticas, ya que las condiciones ácidas del cuerpo se consideran un factor contribuyente.
Con un alto contenido de vitamina C, un limón proporciona alrededor del 35 % de la cantidad diaria recomendada. Esta vitamina es fundamental para el buen estado de los vasos sanguíneos y muy beneficiosa para la salud de huesos, dientes y piel. La vitamina C del limón promueve la formación de colágeno, que contribuye al buen estado de la piel y de los cartílagos y a la buena cicatrización de las heridas. También favorece la absorción del hierro. Por otra parte, juega un papel crucial en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario, lo que previene las infecciones y muchas otras enfermedades.
A su vez, contiene terpenos que multiplican la actividad antioxidante de la vitamina C y juntos combaten los radicales libres que dañan las células. De esta manera el limón previene el envejecimiento prematuro y todo tipo de enfermedades, entre ellas, el cáncer. Uno de los terpenos más estudiados es el limoneno que posee una gran capacidad para reducir el riesgo de padecer enfermedades degenerativas, hipertensión, cataratas, infartos y diversos tipos de cáncer.
Es un magnífico preventivo contra la acción de virus y bacterias, al aumentar las defensas del organismo con la activación de glóbulos blancos. Las acciones antibacterianas y antivirales del limón se pueden atribuir en parte a su contenido ácido. El contenido de pectina también ayuda a modular la función inmunológica y apoya la desintoxicación. Además, su alta concentración de vitamina C contribuye aún más a su capacidad para ayudar al cuerpo a combatir infecciones. El fruto, las hojas, el tallo y las flores tienen actividades antimicrobianas, lo que se puede atribuir a su alto contenido de flavonoides.
Resulta muy recomendable para estados de debilidad, anemia y convalecencia por una enfermedad reciente. Se utiliza para refrescar el calor asociado a la fiebre y alivia el dolor muscular propio de los episodios gripales, catarros e infecciones respiratorias. Además, se lo utiliza para tratar condiciones de calor en el sistema respiratorio, el tracto digestivo y los riñones. Está específicamente indicado para el asma y la bronquitis, ya que disminuye la flema y la secreción. La naturaleza refrescante del limón también lo hace útil para la fiebre que se presenta con sed y piel caliente y seca; se puede beber agua mezclada con limón para este fin. El jugo de limón también se utiliza para calmar la gingivitis y la inflamación de la lengua, para estos fines, hacer gárgaras.
Todos los cítricos, incluidos los limones, contienen pectina, que se considera que tiene efectos hipoglucemiantes e hipocolesterolémicos. La pectina del limón le confiere también grandes beneficios digestivos. Tiene efecto antidiarreico, estimula las secreciones gástricas, alivia la acidez estomacal y los vómitos y mareos, así como las infecciones gástricas y urinarias. Para casos de acidez estomacal, se sugiere beber jugo de limón en agua. Si alguien experimenta indigestión y gases, se sugiere agregar bicarbonato de sodio a la mezcla. Para los casos de náuseas, vómitos y mucosidad en el estómago está indicado el jugo de limón con agua y miel. La cáscara de limón es carminativa y calmante para el estómago. A su vez, tiene una larga reputación como limpiador y tónico del hígado con propiedades desintoxicantes. El jugo de limón ayuda a aumentar el flujo de saliva y la producción de bilis.
Otra de sus propiedades es que purifica la sangre y resulta vasoprotector y venotónico, reduciendo la permeabilidad capilar y aumentando su resistencia. Se propone que el contenido de ácido cítrico en los limones puede ayudar a aumentar la absorción de calcio y magnesio de los alimentos por parte del cuerpo, lo que a su vez desempeña un papel en la reducción de la presión arterial al causar la dilatación de las arterias. Además, se puede usar limón como condimento en lugar de sal, lo que podría ayudar a prevenir el consumo excesivo de sal que contribuye a la presión arterial alta.
Por su contenido en ácido cítrico, es útil en la prevención de la urolitiasis cálcica, especialmente en paciente con hipocitraturia; aumenta el volumen de orina y reduce la saturación de calcio y la formación de cristales urinarios.
De uso externo, el limón es un buen alivio para la conjuntivitis, las aftas bucales, la otitis, las erupciones cutáneas con picor intenso, la piel reseca y las picaduras de insectos.
Como gargarismos, se muestra muy eficaz para rebajar la inflamación de faringe y laringe. Y en baños de asiento, se aconseja para tratar las várices o hemorroides. Además su aceite esencial se puede agregar al shampoo para tratar los cueros cabelludos grasos.
El aceite esencial de limón estimula la concentración y es igualmente útil contra el mal olor y para desinfectar los espacios cerrados. El aroma del limón es a la vez energizante y relajante. Nos ayuda a no dejarnos caer o vencer por los impedimentos de la vida, y a enfrentar los obstáculos valientemente. Ideal para acompañar todo tipo de proyectos de vida. Favorece nuestra atención, memoria y concentración, despejando la mente. Aumenta la energía, la alegría, la confianza y el pensamiento positivo. Recomendado para quienes se sientan decaídos, tristes o melancólicos, ya que brinda energía y buen humor. También para quienes se angustian en demasía, al sentirse solos o abandonados. Nos posibilita lograr un equilibrio entre el nivel material y el espiritual y la apertura a planos superiores.
Contraindicaciones al consumir limón
Es importante tener en cuenta que no se recomienda el uso diario a largo plazo, ya que la naturaleza ácida del limón puede erosionar el esmalte de los dientes. Evitar la exposición al sol tras la aplicación tópica del aceite esencial, por la posibilidad de aparición de fenómenos de fotosensibilización. No se recomienda su consumo si se padece de úlcera péptica gastro duodenal. Algunas personas son alérgicas a los cítricos y/o a las cáscaras de los cítricos. En general, no se recomienda consumir cáscaras de cítricos en exceso, ya que los aceites, si bien son beneficiosos con moderación, pueden interferir con algunas funciones corporales; por ejemplo, el compuesto citral, que está presente en la cáscara, inhibe algunos de los efectos de la vitamina A. La cáscara de limón también contiene altos niveles de oxalatos (los niveles más bajos se encuentran en el jugo), por lo que las personas que tienen antecedentes de oxalato de calcio (cálculos renales) deben tener en cuenta su consumo. También es importante siempre tener en cuenta que los limones cultivados convencionalmente se encuentran entre los productos con altos niveles de residuos de agrotóxicos, por lo que se recomienda, siempre que sea posible, consumir limones de cultivo orgánico o agroecológico.
Cómo incorporar las propiedades medicinales del limón
La manera más sencilla y eficaz de aprovechar las propiedades del limón es tomar un vaso de agua tibia con el jugo de medio limón o de uno entero por la mañana ni bien nos despertamos. De esta manera se aprovecha la acción de la vitamina C, los terpenos y los ácidos orgánicos del limón en el momento más adecuado del día. Este vaso de agua matutino estimula los procesos depurativos del organismo y favorece su alcalinidad, es decir, lo contrario de la acidez, que favorece todo tipo de trastornos.
Además, es la mejor manera de hidratarse después de haber sometido al cuerpo a una sequía de 8 horas. Tomar el limón diluído en agua es lo más adecuado, porque a solas es demasiado agresivo con el esmalte dental. Se puede también incorporar un poco de la ralladura de su piel, porque es en esta donde se encuentra la mayor concentración de limoneno y otros terpenos.
También, puedes probar esta receta de Trago hepático con limón.
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Florencia Fasanella
Farmaceútica, Matrícula 17501
Hola flor… Te consulto el agua con limón y ralladura por las mañanas se pueden hacer permanentes o cuál el el máximo de tiempo por consumirlo en una persona que no tiene problemas renales y/ o otras enfermedades graves. .. se le podría agregar una pisca de sal??
Hola Lidia! Desde Florecer nos gusta aclarar que nada debería ser permanente, siempre es bueno hacer períodos de descanso. Los tiempos la mayoría de las veces no los define una planta, o el método que elija para consumirla, más bien el efecto que haga la planta en la persona.
Cada cuerpo tiene sus necesidades y la misma dosis en distintas personas puede ser para uno excesivo y para otro insuficiente. Por esto es que recomendamos consumir con conciencia y ponerse periodos de un mes para analizar si se necesita continuar o cambiar. Si, podes agregarle una pizca de sal (sal marina o del himalaya). Abrazo! 🙂