Las propiedades medicinales Aloe Vera (Aloe barbadensis)

El Aloe Vera, que es a la vez una popular planta de interior y una hierba histórica, es una de las plantas más antiguas conocidas utilizadas en herboristería y preparaciones cosméticas desde tiempos remotos, incluso era el favorito de las reinas Cleopatra y Nefertiti, quienes se frotaban la piel con Aloe fresco como medio para preservar su belleza. ¿Quieres conocer todas sus propiedades y usos? Entonces, lee esta nota 🙂

Las propiedades medicinales Aloe Vera (Aloe barbadensis)

Los orígenes de Aloe Vera

Planta nativa de África meridional y oriental. El nombre de aloe vera proviene del árabe alloeh , que significa “sustancia amarga y brillante”. Vera proviene del latín versus , que significa “verdadero”. Los botánicos le dieron al Aloe Vera su nombre latino , A. barbadensis, después de creer erróneamente que el Aloe era originario de Barbados. Aunque muchas plantas de Aloe se encontraron en las islas del Caribe, no eran nativas de esa área; simplemente se cultivaban ampliamente a medida que su reputación en herboristería se extendía por todo el hemisferio occidental.

El Aloe Vera, que es a la vez una popular planta de interior y una hierba histórica, es una de las plantas más antiguas conocidas utilizadas en herboristería y preparaciones cosméticas. En las paredes de cuevas y tumbas de Egipto aparecen dibujos de plantas de Aloe Vera y los registros reflejan que los Aloe eran plantas funerarias comunes utilizadas en las prácticas de embalsamamiento egipcio. Las tablillas de arcilla sumerias que datan del año 1750 a. C. detallan algunos de los primeros usos herbales del Aloe Vera. El Aloe también fue mencionado tanto en el Papiro Ebers , un tratado médico egipcio, como en el Libro de los Remedios egipcio , escrito alrededor del 1550 a.C. Desde el punto de vista cosmético, el Aloe Vera era el favorito de las reinas Cleopatra y Nefertiti, quienes se frotaban la piel con Aloe fresco como medio para preservar su belleza.

Dioscórides escribió que el Aloe Vera era eficaz para todo, desde afecciones de la piel y estreñimiento hasta problemas renales. De hecho, la reputación del Aloe Vera era tan grande que Alejandro Magno supuestamente adquirió la actual Madagascar con el único propósito de obtener acceso al aloe que crece allí. Al igual que Alejandro Magno, Marco Polo y Cristóbal Colón elogiaron las propiedades vulnerarias del Aloe en los preparados para las heridas de sus soldados.

Históricamente, los chinos, romanos, argelinos, marroquíes, tunecinos y árabes han utilizado el Aloe Vera tanto en preparaciones cosméticas como a base de hierbas. Los antiguos mayas veneraban las propiedades calmantes de la piel del aloe vera y lo usaban habitualmente para mejorar su cutis. Los registros que datan del siglo XVI indican que los árabes usaban el Aloe Vera por sus poderosas propiedades laxantes.

El Aloe apareció por primera vez en la Farmacopea de los Estados Unidos en 1820, aunque fue confinado casi por completo a la función de agente laxante. Como potente catártico, el aloe vera ha demostrado ser un laxante eficaz, aunque a menudo provoca calambres intestinales intensos. A principios del siglo XX, los laxantes considerados más seguros y predecibles que el aloe ganaron popularidad. Sin embargo, aunque el uso del aloe como laxante puede haber disminuido, los científicos comenzaron a comprender mejor las propiedades de esta planta en el siglo XX. Utilizado con éxito para aliviar quemaduras asociadas con la radioterapia en 1935, el aloe vera ganó nueva legitimidad como vulnerario y se convirtió en una planta de renovado interés.

Características del Aloe Vera

Aunque el Aloe se asemeja mucho a un cactus, en realidad se trata de una planta suculenta y perenne que pertenece a la familia de las asfodeláceas. Su hábitat es desértico o semidesértico, aunque también puede crecer en áreas rocosas de las zonas templadas, donde las precipitaciones son escasas.

Las hojas de Aloe, que son perennes y de un color verde que vira hacia el azul, tienen forma lanceolada, poseen una resistente cutícula y espinas repartidas por todo su perímetro. Tiene raíces fuertes y fibrosas. Las plantas de mayor edad pueden tener hasta treinta hojas y el peso de una de ellas alcanza, en algunos casos, hasta un kilo.

Las flores del Aloe suelen aparecer hacia el tercer año de edad, que es cuando la planta ya tiene realmente todos sus principios activos para ser utilizada como medicina.

El Aloe Vera crece mejor en suelos fértiles y bien drenados, aunque puede tolerar suelos pobres y sombra moderada. Las plantas en condiciones de crecimiento no ideales serán considerablemente más pequeñas que las que se encuentran en lugares soleados con suelo rico en piedra caliza. El Aloe, una planta subtropical, no puede sobrevivir a temperaturas inferiores a 4° C.

Hay más de 360 ​​especies conocidas de Aloe, y su número va en aumento, ya que se están creando siempre nuevos híbridos, aunque A. barbadensis es la más utilizada y considerada la más valiosa en herboristería. 

Los componentes del Aloe Vera y sus usos

Los científicos han identificado más de 75 componentes activos en el Aloe Vera y, sorprendentemente, creen que hay algunos componentes aún por descubrir. Tiene una amplia gama de usos y se ha utilizado con éxito como laxante y antimicrobiano, para la potenciación inmune y por sus propiedades vulnerarias y calmantes para la piel. Tiene un pH natural de 4,3, lo que lo convierte en un excelente preparado para la piel y el cabello. Es más, contiene una sustancia conocida como aloína, un protector solar natural capaz de bloquear hasta el 30 por ciento de los rayos ultravioleta del sol.

Es importante destacar que las diferentes partes del Aloe Vera se preparan y utilizan de distintas maneras:

Las hojas constituyen la parte útil de esta planta, pues en ellas se hallan concentrados todos sus principios activos. Si se corta una hoja transversalmente con un cuchillo afilado se puede ver que la parte externa es una corteza verdosa, de unos dos milímetros de grosor, que segrega un líquido amarillento. Esta corteza envuelve a la pulpa, una masa traslúcida, gelatinosa e incolora. La parte exterior de esa corteza está formada por varias capas de células epidérmicas que conforman una membrana elástica capaz de volverse impermeable, cerrando todos sus estomas durante las horas de sol. Debajo de esta membrana, y ocupando casi toda la corteza, se observa una zona de canales longitudinales por donde circula la savia de la planta, muy rica en una sustancia amarga llamada aloína. En el centro de la hoja se halla la pulpa, compuesta por células parenquimáticas que forman un tejido esponjoso y mucilaginoso en el que la planta almacena sus reservas de agua.

Las hojas se recolectan en primavera y en verano, antes de la floración, y se procesan industrialmente para obtener sus productos principales. Son tres componentes que incluyen el jugo de la hoja de aloe, el jugo de la hoja interna y el látex de aloe.

El jugo de hoja de Aloe se elabora macerando a máquina toda la hoja y luego filtrando el líquido resultante para eliminar cualquier componente insoluble o contaminante residual. Este proceso crea una sustancia viscosa parecida a un jugo que diluye el látex de Aloe hasta 10 partes por millón (ppm) o menos en preparaciones orales y 50 ppm o menos en preparaciones cosméticas. Se elabora quitando la corteza exterior de la planta y lavando el látex. En este punto, el gel restante se somete a un procesamiento adicional y puede contener pulpa o filtrarse para eliminar la pulpa. Se puede agregar un agente espesante para crear un producto final conocido como “gel de aloe”. 

El jugo está compuesto por más de veinte sustancias:

  • aminoácidos (componentes básicos de las proteínas);
  • antraquinonas de acción analgésica, antibacteriana y antifúngica;
  • enzimas que transforman las proteínas obtenidas a través de la dieta en aminoácidos que son absorbidos por el cuerpo y se convierten de nuevo en proteínas;
  • lignina y saponinas que facilitan la penetración del gel y que tienen propiedades limpiadoras y antisépticas;
  • minerales que intervienen en la formación del tejido óseo y cartilaginoso y que regulan la ósmosis de los tejidos orgánicos y la formación de sustancias de alto valor biológico;
  • acemanano de acción inmunoestimulante;
  • vitaminas A, C, E y del grupo B que ejercen un efecto antioxidante frente a los radicales libres;
  • y agua en su mayor proporción.

Por último, el látex o alcíbar de Aloe es la savia amarga de color marrón amarillento que se encuentra entre el tejido del parénquima interno de la planta y la cáscara. El látex de Aloe se lixivia de la cáscara cuando se corta la planta y, cuando se seca, es la parte principal de la planta que se utiliza para fabricar productos comerciales. Se compone entre un 40% y un 80% de resinas, y hasta un 20% de aloína, un glucósido antraquinónico que es el principal principio activo del Aloe. El acíbar es, por tanto, una sustancia de efecto muy potente, por lo que su administración debe ser prescrita por un especialista.

Debido a su sabor amargo, el acíbar mezclado con agua se ha empleado como un remedio popular para no morderse las uñas. Pero, sin duda, es su efecto laxante el que se ha buscado tradicionalmente.

El acíbar puro suele presentarse en trocitos pequeños o en polvo y, según la dosis, presenta distintos efectos:

  • Hasta 0,1 g es aperitivo, estomacal y colagogo, mejorando la digestión.
  • A partir de 0,1 g es laxante y emenagogo (aumenta el flujo menstrual).
  • En dosis de 0,5 g (máximo diario) actúa como purgante enérgico y oxitócico (provoca contracciones uterinas).

La mayor parte de la literatura, incluidas las farmacopeas, se refiere al látex o acíbar de aloe como sábila (o jugo de sábila), lo que explica por qué existe tanta confusión con respecto a la nomenclatura del aloe.

Propiedades medicinales de Aloe Vera

Las aplicaciones herbarias del Aloe Vera son amplias y están bien investigadas. Los estudios clínicos han documentado su eficacia en todo, desde acelerar la resolución de heridas hasta aliviar la colitis ulcerosa. Por su singular composición química la planta de aloe tiene la capacidad de cicatrizar sus heridas de forma prácticamente instantánea para evitar que el agua de su interior se pierda. Se supone que esta capacidad de auto regeneración es la que dio la clave a las antiguas civilizaciones para empezar a utilizarla.

Externamente, el Aloe Vera se ha utilizado para aliviar quemaduras por radiación, problemas de la piel, heridas, quemaduras solares, congelaciones y casos de dermatitis crónica y aguda. Siendo un ingrediente común en las cremas de primeros auxilios, ya que contiene ácido salicílico y magnesio, sustancias que actúan sinérgicamente para aliviar el dolor.

Internamente, el Aloe Vera se ha utilizado como laxante, para promover la menstruación, ayudar en la digestión, reducir la inflamación, equilibrar los problemas metabólicos, apoyar a los riñones en casos de cálculos, brindar apoyo durante la quimioterapia y, más recientemente, como antiviral para frenar la propagación del VIH y otros virus de una célula a otra.

Los múltiples estudios realizados sobre el aloe para determinar su acción terapéutica han constatado interesantes propiedades que permiten tratar con éxito diversas afecciones:

  • Problemas de piel: los polisacáridos que contiene el Aloe, entre ellos el acemanano, estimulan la multiplicación de células fibroblásticas, aumentando la actividad metabólica y la reproducción celular, lo que explica el éxito del Aloe para tratar infecciones víricas como los herpes, la curación de quemaduras y sobre todo la cicatrización de heridas, pues acelera hasta en un 50% el proceso de cicatrización, sin que se formen queloides gracias a su capacidad para reconstruir los tejidos sin impedir que el oxígeno llegue a la herida.
  • Antiage: basta con hacer una mascarilla facial de gel de Aloe fresco obtenido directamente de la hoja una o dos veces por semana para que el aloe estimule la producción de células fibroblásticas de la dermis, que son las responsables de la formación del colágeno, atenuando la existencia de arrugas y reduciendo la aparición de otras nuevas.
  • Despigmentante: aquellas personas que por la edad o debido a un exceso de exposición al sol, les aparecen manchas oscuras en la piel debido a una hiperpigmentación pueden utilizar el gel o directamente un pedacito de hoja de aloe recién cortada. Se aplica cada noche directamente sobre la zona afectada y se repite la operación hasta que la mancha empiece a desaparecer (entre dos a cuatro semanas).
  • Encías sangrantes: se emplea el gel de Aloe natural, a ser posible obtenido de la hoja fresca, o el zumo de aloe diluido con agua, en la proporción de dos cucharadas de zumo de Aloe y medio vaso de agua. Una vez agitado se realizan colutorios, tres veces al día, después de cada comida, sin ingerir ningún otro líquido hasta transcurridos 20 minutos.
  • Aftas bucales: el fosfato de manosa, presente en el gel, actúa como agente de crecimiento de los tejidos y se ha comprobado su efecto beneficioso sobre las úlceras, especialmente las bucales.
  • Sarro: la acción bactericida, antiviral y fungicida del aloe inhibe el crecimiento del Streptococcus mutans, responsable del sarro. Además, fortalece las encías.
  • Aparato digestivo e intestinal: quizá se trata de la propiedad más sorprendente del jugo de aloe, pues bebido puro o diluido calma la acidez de estómago, el reflujo y la inflamación del intestino. Esto se debe a su potente acción alcalinizante, que aumenta la producción de moco digestivo y reduce la fabricación de ácido. Asimismo, facilita la recuperación del tejido esofágico y contribuye a acelerar el proceso de cicatrización de las úlceras de estómago.
  • Flora intestinal: la acción del jugo de aloe persiste a lo largo de todo el tramo intestinal, ejerciendo un efecto calmante y emoliente, que facilita la recuperación de la flora intestinal, minimiza la presencia de flora patógena y aumenta la absorción de nutrientes esenciales para el organismo.

Precauciones y contraindicaciones al consumir Aloe Vera

Aunque se han hecho esfuerzos para estandarizar la nomenclatura, todavía no existe una norma definitiva que rija el etiquetado del aloe vera. Por eso, es especialmente importante elegir productos de aloe vera de fuentes acreditadas. 

El Aloe Vera es un catártico fuerte y debe usarse con precaución cuando se toma internamente. No se recomienda consumirlo de forma interna por más de 1 a 2 semanas ya que puede provocar dolorosos calambres estomacales y diarrea y, en consecuencia, alterar el equilibrio electrolítico.

Las mujeres lactantes y embarazadas no deben consumirlo internamente.

Aunque se considera muy vulnerario, no debe usarse en casos de infección por estafilococos, ya que el gel de Aloe Vera puede sellar la infección y provocar el crecimiento de esta bacteria.

En casos raros, las aplicaciones tópicas de aloe vera se han relacionado con dermatitis papular y eccema.

También, se ha demostrado que el gel retrasa la recuperación en ciertos tipos de heridas quirúrgicas, incluidas las cesáreas. Como tal, no se considera apropiado para heridas verticales profundas.

El látex o acíbar del aloe no debe ser utilizado como laxante por las mujeres durante la menstruación, ni por las embarazadas, pues podría inducir al aborto; tampoco se recomienda a quienes padecen hemorroides (las puede hacer sangrar).

Se prohíbe su toma en los niños.

Me parece importante brindarte los papers que avalan toda la información detallada en este artículo:

https://www.ccsenet.org/journal/index.php/gjhs/article/view/37955

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3346674/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4327540/

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1046/j.1365-3156.1996.d01-91.x

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4 comentarios en “Las propiedades medicinales Aloe Vera (Aloe barbadensis)”

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