Propiedades medicinales de la Equinácea

Esta planta medicinal es mundialmente es conocida y validada, tanto en su uso en infancia como en personas adultas, por su efecto inmunoestimulante. Conoce su historia, sus propiedades y cómo consumirla correctamente en esta nota de blog.

Propiedades medicinales de la Equinácea

Orígenes de la Equinácea

La equinácea es originaria de las grandes praderas de Norteamérica, donde era empleada por más de catorce pueblos indígenas norteamericanos en una gran variedad de usos relacionados con infecciones y heridas, contra mordeduras de serpientes, artritis, resfríos, paperas y dolor de muelas.

En 1870, el doctor Meyer incorporó estos conocimientos nativos a fórmulas propias para purificar la sangre y curar las mordeduras. Apenas dos décadas después, en el año 1887, la planta se integró en la práctica de la medicina convencional, sobre todo en el tratamiento de problemas dermatológicos como abscesos, forúnculos y eccemas.

Hacia 1910, los investigadores norteamericanos descubrieron esas propiedades inmunoestimulantes y, veinte años después, fue llevada a Alemania, donde esta planta ha tenido un gran éxito y ha sido objeto de numerosos estudios.

Con el descubrimiento de los antibióticos, su uso fue en declive, pero en las últimas décadas sus propiedades han hecho que resurja el interés por sus aplicaciones y ha popularizado su uso en muchos sectores de la población occidental.

El nombre echinacea proviene de la palabra griega echinos = “espinoso” o “erizo de mar” en referencia a su cabeza de semillas erizada.

De las nueve especies de Echinacea, las que más se usan en herboristería son E. purpurea (equinácea púrpura) y E. angustifolia (equinácea de hoja estrecha).

Hoy en día, la equinácea es una de las plantas medicinales más populares del mundo y se emplea principalmente como estimulante del sistema inmunológico, ya que nutre la sangre, mejora la circulación y estimula la actividad de los glóbulos blancos.

Características de la Equinácea

Es una planta perenne, robusta, muy resistente a la sequía, de unos 50 cm de altura. La mayor parte de la Equinácea crece a partir de una raíz pivotante. Los tallos no están ramificados y son rectos. Las hojas son típicamente peludas y alternas, con flores compuestas en capítulo terminal, liguladas, los pétalos son, generalmente, de color púrpura y están dispuestos alrededor de una cabeza de semilla erizada en forma de cono.

Las partes de la planta más utilizadas son la raíz y la cabeza de la flor, como antimicrobiano, analgésico y antiinflamatorio.

La equinácea se encuentra en la lista “en riesgo” de United Plant Savers. Solo se debe usar Equinácea cultivada. Si bien la Equinácea cultivada está disponible en el comercio, también se pueden usar hierbas alternativas. No se debe cosechar Equinácea silvestre.

Las raíces cultivadas, generalmente, se excavan mejor en el otoño después de la primera helada. Las hojas y las flores se pueden cosechar en verano, cuando las flores están en plena floración.

Se recomienda utilizar las partes aéreas frescas (los componentes se vuelven menos activos cuando se secan).

Propiedades medicinales de la Equinácea

Es una planta mundialmente conocida, y validada. Existen numerosos estudios científicos que validan su uso tanto en infancia, como en personas adultas.

Es inmunomoduladora, se observó que actúa sobre receptores endocannabinoides y, así, es como genera su efecto inmunomodulador. Principalmente, aumenta nuestras defensas ante virus, bacterias y hongos.

Además, de mejorar el sistema inmunológico estimula los procesos de nutrición y de eliminación en el organismo.

Diversos estudios científicos relacionan esta planta a las problemáticas respiratorias virales, aunque también, se puede utilizar en infecciones bacterianas. Se la utiliza, por ejemplo, para el virus de la gripe, para el virus del herpes, para infecciones del tracto urinario, en bronquitis, laringitis, faringitis, amigdalitis y afecciones catarrales de la nariz y de los senos maxilares, infecciones de la boca, piorrea y gingivitis, y, a su vez, se puede utilizar a nivel tópico como preventivo de infección, si hay algún corte o herida.

Actúa, también, en casos de artritis y dolores articulares reumatoideos.

Ayuda a mantener las defensas de los pacientes sometidos a radiaciones en tratamientos contra el cáncer. 

Composición química de Equinácea y sus efectos

La composición química de la planta es sumamente compleja y difiere en sus distintas partes: 

  • Raíz: contiene cinarina y ácidos caféico, clorogénico y chicórico, trazas de alcaloides, resinas y polisacáridos (azúcares).
  • Sumidades floridas: contienen aceite esencial, con borneol y cariofileno, entre otras sustancias volátiles. También, antocianósidos en sus pigmentos. 

Según la monografía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la Equinácea, la estimulación inmunológica de la hierba se deriva de tres mecanismos:

  1. Activación de la fagocitosis y estimulación de fibroblastos.
  2. Aumento de la actividad respiratoria.
  3. Incremento de la movilidad de los leucocitos.

Los estudios in vitro de la Equinácea muestran un aumento de la expresión de las células inmunitarias, incluida la estimulación de la fagocitosis de los neutrófilos, el aumento de la producción de interferón gamma, la estimulación de la producción de células T y B, así como la modulación de la respuesta de los macrófagos. Sin embargo, un tubo de ensayo nunca puede predecir realmente cómo funcionará una sustancia dentro de la compleja fisiología del cuerpo humano.

Un efecto interesante y quizás no muy conocido de la Equinácea es su capacidad para inhibir la hialuronidasa, que es una enzima que se encuentra en las secreciones venenosas de serpientes e insectos y en bacterias que invaden el cuerpo a través de heridas. La hialuronidasa descompone el ácido hialurónico, que es un componente que aumenta la viscosidad del líquido sinovial y se encuentra en el tejido conectivo y en el ojo. El ácido hialurónico también está presente en la piel, donde repara los tejidos. La inhibición de la hialuronidasa evita la descomposición del ácido hialurónico en los tejidos, que luego son más capaces de resistir la invasión y propagación de veneno y bacterias. En otras palabras, la infección permanece localizada. Por eso con Equinácea se preparan ungüentos y compresas para la irritación cutánea y las quemaduras y, también, se incluye en muchas formulaciones de cremas faciales y corporales, colutorios, jabones y dentífricos.

La equinácea angustifolia produce una curiosa sensación de hormigueo en la lengua, que puede resultar un poco alarmante la primera vez que se experimenta. Si la tintura madre de raíz de equinácea no produce esta sensación característica, probablemente no sea muy potente. El hormigueo no es una reacción alérgica, sino que son los tejidos reaccionando a los compuestos activos de la equinácea. ¡Es una buena señal! Estos compuestos le dan a la equinácea su acción sialogoga y es posible que se produzca un aumento en la producción de saliva.

Cómo consumir Equinácea

Existen diversas formas de consumir la Equinácea, según su presentación: tintura madre, extracto líquido, jarabe, jugo, en infusión, en decocción, en comprimidos o en cápsulas, en cremas o ungüentos para uso tópico, como enjuague bucal o colutorio. 

La Equinácea es apta para niños tomada en forma de jarabe o infusión, en dosis adecuadas a su edad. La Equinácea contribuye a aumentar sus defensas y les puede blindar contra algunas infecciones. No obstante, es preferible evitar el uso de presentaciones en forma de tintura alcohólica, así como infusiones demasiado concentradas (no más de 4-5 g de planta seca).

Efectos adversos y contraindicaciones de la Equinácea

Existe una preocupación teórica con el uso de la Equinácea en enfermedades sistémicas como la tuberculosis, el VIH y las enfermedades autoinmunes, pero faltan datos definitivos que respalden o refuten esto. 

Un estudio ha sacado a la luz la existencia de posibles efectos adversos de la Equinácea en uso oral, en forma de reacciones alérgicas. Serían efectos no previsibles, que podrían afectar a personas alérgicas, propensas a desarrollar alergias al polen de árboles como los sauces y los álamos, al césped y a plantas de la familia de las compuestas. La alergia a la Equinácea se manifestaría con síntomas diversos como irritación de garganta, ataques asmáticos, erupciones en los dedos de los pies y las manos, tos y en caso extremo, anafilaxis.

La Equinácea, además, está contraindicada durante el embarazo, la lactancia y en niños menores de dos años por la presencia de alcaloides.

Asimismo, está desaconsejada a diabéticos y pacientes con inmunodeficiencias, esclerosis múltiple y tuberculosis. Se debe consultar con el médico en caso de lupus y otras enfermedades autoinmunes.

Si se están tomando medicamentos que afectan al sistema inmunitario, sedantes, antidepresivos y determinados analgésicos contra el dolor, es recomendable consultar con el médico especialista, antes de iniciar cualquier tratamiento con Equinácea.

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Fitoterapia Bioregional

Florencia Fasanella
Farmaceútica, Matrícula 17501

2 comentarios en “Propiedades medicinales de la Equinácea”

  1. Roxana Gómez

    Muy interesante lo compartido! Gracias por darnos la oportunidad de conocer esta planta y sus benefecios medicinales. Saludos!

    1. Ailin Equipo Florecer Medicina Natural

      Hola Roxana! que bueno que te guste lo que compartimos! muchas gracias! Abrazo 🙂

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