La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Tan delicada, extensa, sublime y considerablemente generosa nos recubre y protege ante todos los estímulos externos. Conocé a La Rosa Botánicos una línea de cuidado trascendental de la piel basado en la vida vegetal.
Cuidarla es tan esencial como respirar. Por ello, hoy te quiero presentar a La Rosa Botánicos, un alimento para la piel basado en la vida vegetal para estimular el ritual diario de auto cuidado y honrar la belleza esencial.
Su creadora, Magalí Costa, realizó nuestra formación anual de Fitomedicina, hace 4 años, y pude ver desde entonces la pasión, profesionalismo y cuidado que tiene al desarrollar cada uno de los productos de La Rosa Botánicos.
Hacer esta formación fue para mí “una compuerta a las profundidades del Todo con su guía cálida y certera. Conocerla fue conocer una guardiana en el camino de recuperación de la soberanía biológica a través de prácticas antiguas, re-incorporadas al mundo moderno. Una invitación a renacer”, manifiesta Magalí.
La Rosa Botánicos es una línea de cuidado trascendental de la piel basado en la vida vegetal. Hace extensiva su medicina desde el cuerpo a la mente, complace los sentidos y reúne la fuerza vital del ser humano, devolviendo energía e inspiración para impactar positivamente en un nivel espiritual. Cada ingrediente -raíz, hoja, flor, fruto, semilla- es elegido y preparado atenta y específicamente, está vivo y conserva toda su información.
“Buscamos ingredientes nacionales y traemos tesoros del resto del planeta a base de plantas de la más alta calidad, priorizando a los proveedores que utilizan prácticas de agricultura agroecológica y comercio justo.Por esta razón no se produce en masa: Cada pequeño lote es único y especial”, aclara Magalí sobre el cuidado de su producción.
Nuestro maravilloso encuentro
“Nuestro primer contacto fue hermoso y honrado: de maestra a alumna. Luego cada una siguió explorando y profundizando su camino, ahora nos reencontramos 3 años después como dos firmes pilares que manifiestan en conjunto, que se inspiran y retroalimentan. Con Flor nos sentimos al servicio de esta ascensión planetaria: Cada encuentro expresa nuestro contacto místico con la Tierra”, recuerda Magalí.
Ambas, destilamos juntas en un retiro en Córdoba. Allí, “tuve el placer de asistirla y acompañarla también desde mis prácticas de embellecimiento trascendental con La Rosa Botánicos. Este presente nos reúne de mil maneras: Como amigas en lo cotidiano, como asesora en mi taller de producción de la línea biocosmética que dirijo y como humanas trabajando en pos de la evolución”.
Su experiencia de formación de medicina herbal
Para Magalí, comenzar nuestros estudios fue habilitar dentro suyo “la posibilidad de vincularme con el reino vegetal desde una perspectiva completa: científica e intuitiva. Pude trazar luego un camino de aprendizaje que tomó varias aristas pero que siempre tuvieron un común denominador: Integración con el Todo”.
Y concluye “respeto profundamente la entrega escorpiana y pasional de Flor con su oficio, su humildad, su trato con los elementales de la naturaleza y con los humanos. La humildad y el servicio en pos de un bien colectivo me parecen dos cualidades valiosísimas y realmente difíciles de encontrar en humanos que comparten su conocimiento.