Plantas medicinales para el dolor

Todos sufrimos algún tipo de dolor alguna vez, incluso hay quienes lo padecen de forma crónica. Y, claro, las plantas medicinales tienen aliados que nos ofrecen sus propiedades para aliviarnos, calmarnos y acompañarnos a transitarlo. En esta nota, te cuento cuáles son las especies que pueden ayudarte en esos casos.

Plantas medicinales para el dolor

Qué es el dolor

El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante.

El dolor resulta de la activación de los nociceptores periféricos por la liberación de neurotransmisores y por la disminución del umbral de respuesta de las fibras nociceptivas. Cuando existe una injuria tisular los nociceptores “silentes” son reclutados, respondiendo posteriormente a una serie de estímulos8. La respuesta al dolor que se produce en el cerebro, se realiza por las vías descendentes, que se inician en diversos núcleos del tronco cerebral así como otras vías procedentes del diencéfalo (cerebro medio) y del córtex que intentaran modular el dolor.

El dolor se entiende como un fenómeno complejo y multidimensional en el que el individuo no sólo tiene una experiencia perceptiva, sino también afectiva, que está condicionada por múltiples elementos interactivos (biológicos, psíquicos y socioculturales).

Puede manifestarse de diferentes formas como hormigueo, punzadas, picor intenso o pinchazos. Puede ser leve o crónico, constante o intermitente o sentir dolor generalizado. Profundicemos en los diferentes tipos de dolor, lo que te ayudará a reconocerlos y encontrar el tratamiento más adecuado para aliviarlo.

Los principales tipos de dolor son:

  • dolor agudo.
  • dolor crónico.
  • dolor inflamatorio.
  • dolor neuropático.
  • dolor nociceptivo.

Plantas medicinales para el dolor

Cúrcuma (Curcuma longa)

La cúrcuma es una planta de la familia del jengibre (Zingiberaceae) y, al igual que su primo, ha sido un elemento básico de las tradiciones alimentarias indias durante milenios y tiene al menos 4000 años de uso en Ayurveda, medicina Siddha y medicina China. La cúrcuma se conoce en sánscrito como kanchani , la “diosa dorada”, y otros nombres auspiciosos que aluden a su uso en ceremonias y ofrendas sagradas, además de reflejar una reverencia de larga data hacia esta poderosa planta. La cúrcuma toma su nombre del persa kirkum , que significa “azafrán” debido a su tono amarillo dorado brillante, que se ve fácilmente en el curry de mezcla de especias india. También, se utiliza para agregar color amarillento a alimentos como la mostaza y el queso, así como a los textiles.

La cúrcuma es una hierba colerética, colagoga, hepatoprotectora, antiinflamatoria, hipolipidémica, antimicrobiana y antioxidante.

Se considera un agente antiinflamatorio y, de hecho, esta raíz se utiliza a menudo en un enfoque ayurvédico para calmar la inflamación de la garganta y las amígdalas, y como hierba antiinflamatoria para muchos otros dolores y molestias, incluidos los dolores musculares, dolor de espalda, calambres y dolor en las articulaciones.

La droga vegetal está constituida por el rizoma, el cual es rico en un tipo de colorante conocido como curcuminoide, dentro del cual destaca la curcumina. 

Sus virtudes antiinflamatorias la convierten en una ayuda contra la artritis, el síndrome de colon irritable o cualquier proceso inflamatorio. Se ha comparado su poder antiinflamatorio con el de medicamentos tan potentes como la hidrocortisona y la fenilbutazona, pero a diferencia de los fármacos, la cúrcuma carece prácticamente de toxicidad. Sus propiedades antiinflamatorias la indican para otros problemas de salud, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Asimismo, favorece la digestión (ayuda ante los gases o la hinchazón), porque estimula la secreción de bilis y favorece el buen funcionamiento del hígado.

Un ensayo a doble ciego controlado con placebo, demostró que la administración de curcumina (450 mg 3 veces al día) en 13 pacientes afectados con inflamaciones pelvianas post-quirúrgicos, resuelve los síntomas dolorosos y edematosos de manera similar a 300 mg diarios de un corticoide. En casos de artritis y tendinitis en humanos, los estudios clínicos han determinado el beneficio en la toma de cápsulas conteniendo extractos de cúrcuma a razón de una o dos cápsulas de 500 mg, tres veces al día.

Aquí te dejo algunos papers donde puedes profundizar esta información:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24473984/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21649456/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24672232/

Sauce (Salix alba)

El sauce blanco ( S. alba ) es la especie clásica utilizada en herboristería, aunque todas las especies de Salix contienen los componentes clave salicina, taninos y flavonoides y siempre que la corteza de un sauce tenga un nivel de salicina de al menos 1,5%, se considera que tiene valor herbal. En consecuencia, prácticamente todas las especies de sauce se pueden utilizar en preparaciones a base de hierbas.

Históricamente, el sauce ha tenido un amplio uso. Los practicantes chinos utilizaban el sauce ya en el año 500 a. C. por sus efectos analgésicos. Dioscórides sugirió mezclar puré de hojas de sauce con pimienta negra. Se decía que, borracha con vino, la mezcla aliviaba el dolor lumbar. Los antiguos griegos también infusionaban corteza y hojas de sauce en aceite de oliva en grandes vasijas de barro. Quienes padecían artritis sumergían sus articulaciones en el aceite para aliviar el dolor y la inflamación. 

Aunque un gran número de personas y culturas a lo largo de la historia han utilizado el sauce por sus propiedades herbales, su constituyente activo, la salicina, no se aisló hasta 1828. A finales del siglo XIX , se desarrolló una versión sintética de la salicina, conocida como ácido salicílico. Se produjo en un laboratorio y se fabricó nuestra aspirina moderna. A partir de entonces, la corteza de sauce dejó de utilizarse ampliamente a medida que más personas dependían de la aspirina sintética como analgésico preferido. 

Un estudio clínico demostró que un extracto estandarizado de corteza de sauce que contenía 240 mg de salicina producía niveles séricos de ácido salicílico aproximadamente equivalentes a los producidos por 87 mg de aspirina; Los investigadores concluyeron que los efectos analgésicos y antirreumáticos de la corteza de sauce probablemente no sean causados ​​únicamente por el contenido de salicina.

El extracto de sauce hace más que aliviar el dolor. De hecho, ofrece algunas ventajas notables sobre su contraparte comercial. El cuerpo convierte la salicina en ácido salicílico durante un período de tiempo. Entonces, si bien el sauce actúa más lentamente que la aspirina, causa menos problemas gastrointestinales. Es más, los efectos del sauce duran más en el cuerpo que la aspirina. Finalmente, la corteza de sauce ofrece más que apoyo para el dolor; también contiene propiedades antisépticas, antioxidantes y de estimulación inmunológica, que pueden deberse a los polifenoles y flavonoides contenidos en la planta.

A continuación, te doy acceso a unos papers que validan lo que leiste anteriormente:

https://academic.oup.com/rheumatology/article/40/12/1388/1787928

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24274358/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25997859/

Harpagofito (Harpagophytum procumbens)

Harpagophytum proviene del término griego harpagos que significa “gancho de agarre”, en referencia a que el fruto está protegido por numerosas espinas curvas que, al dividirse, adquieren una apariencia de garra. Su nombre vulgar “garra del diablo” también puede derivar de la danza enloquecida que realizan los animales para deshacerse del fruto que se les ha metido en las pezuñas.

Crece de forma natural en el desierto del Kalahari (Sudáfrica, Namibia, Botswana). Los pueblos nativos de la zona –los khoisans o bosquimanos, de vida seminómada– lo vienen utilizando desde tiempos antiguos para solucionar problemas digestivos, para bajar la fiebre y para combatir el dolor, pero también para curarse heridas en la piel.

Por sus excepcionales propiedades analgésicas y antiinflamatorias sirve para aliviar desde las lumbalgias y el dolor cervical hasta los músculos doloridos o inflamados por la práctica deportiva o una sobrecarga muscular.

El tubérculo del harpagofito contiene glucósidos iridoides, en especial harpagósido, que se hidroliza convirtiéndose en harpagogenina. Además contiene otros iridoides, como harpágido, procúmbido y procumbósido, responsables de su sabor intensamente amargo.

Posee también ácidos fenólicos, fitosteroles (sitosterol, estigmasterol), heterósidos fenilpropánicos, triterpenos, estaquiosa en abundancia, trazas de aceite esencial y de harpagoquinona.

Como se desprende de diversos estudios clínicos, al harpagofito se le atribuyen propiedades analgésicas, antiinflamatorias, antirreumáticas, diuréticas, digestivas, estimulantes del apetito, coleréticas, colagogas, hepatoprotectoras, hipolipemiantes, hipoglucemiantes y cicatrizantes.

Podría tener también una ligera actividad como tónico cardiovascular y una acción antitérmica, para reducir las décimas de fiebre.

Algunos de sus principios activos, como los beta-sitosteroles, podrían inhibir la formación de unas enzimas, la prostaglandina sintetasa, que participan en el proceso inflamatorio, y que favorecen la aparición de períodos de dolor prolongado o crónico.

El harpagofito está indicado como analgésico y antiinflamatorio natural, como alternativa a tratamientos farmacológicos con corticoides, antiinflamatorios no esteroideos o similar, como medio para rebajar la inflamación y calmar el dolor en afecciones reumáticas como la artritis reumatoides y la artrosis.

Puedes consultar estos papers para obtener más información sobre esta bondadosa hierba:

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/ptr.2029

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7332387/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/14669250/

Romero (Rosmarinus officinalis)

El romero, miembro de la familia de la menta (Lamiaceae), es un pequeño arbusto originario de la región mediterránea. Ha sido utilizado desde la antigüedad por los griegos para adornar a las mujeres jóvenes, por los romanos como setos  y en las tumbas egipcias. El nombre de la especie, rosmarinus , significa “rocío del mar”, en alusión al rocío marino que se acumula en las hojas de las plantas que crecen cerca del mar en su región mediterránea nativa.

El romero contiene aceites volátiles (incluidos borneol, canfeno, alcanfor, cineol, limoneno y linalol) que son responsables de su fuerte aroma; flavonoides; diterpenos; triterpenos; rosmaricina; ácido rosmarínico; vitamina A (betacaroteno); vitamina C; y minerales como calcio, potasio, magnesio, fósforo, hierro y zinc.

Energéticamente, el romero calienta, seca, estimula y reconstituye. El sabor es picante, dulce y ligeramente amargo.

El romero es un excelente tónico para la memoria, ya que aumenta la función mental y la agudeza al aumentar el flujo sanguíneo y estimular el cerebro. Esta acción estimulante también tiene otros beneficios para el cerebro, y el romero es conocido como un remedio popular para la ansiedad, la depresión, el insomnio, el letargo, el nerviosismo, la fatiga, el agotamiento, el estrés, los dolores de cabeza y las migrañas. En el corazón, el romero es a la vez reconstituyente y estimulante como estimulante cardiotónico y calentador arterial.

El romero es un conocido tónico digestivo, antiespasmódico, carminativo y colagogo. Ayuda a relajar y tonificar el estómago y es especialmente bueno para los trastornos digestivos resultantes de la tensión mental, la ansiedad y la preocupación debido a su acción nerviosa. Como colagogo, el romero estimula la producción de bilis y su flujo desde el hígado, estimulando así la digestión y ayudando en la desintoxicación. Como carminativo, alivia los gases y la dispepsia flatulenta.

El romero es útil en preparaciones externas como aceites macerados para una variedad de dolencias. Su acción rubefaciente estimula el flujo sanguíneo a una zona, mientras que su acción analgésica alivia músculos tensos, articulaciones reumáticas inflamadas, gota, ciática, neuralgia, llagas, eccemas, hematomas, heridas y esguinces.

Activa la circulación sanguínea, es antiséptico, brinda energía a la mente, calma dolores musculares y de cabeza. Alivia, también, los dolores menstruales. Ayuda en estados de ansiedad, depresión, insomnio, nerviosismo. Ideal para tratar fatiga, torceduras, artritis, dolor lumbar. Nos aporta seguridad y confianza. 

Estos son los papers consultados para brindarte esta data:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10641130/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17827696/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16261517/

Boswelia (Boswellia serrata)

El árbol de la boswellia es conocido también como olíbano o incienso de la India, y en efecto está estrechamente emparentado con el árbol del incienso. Es originario de la India y tal vez también de la península Arábiga, se cultiva en el norte de África.

Se utiliza la oleorresina, que se obtiene por incisión del tronco o las ramas de este árbol. Es una goma amarillenta, algo translúcida, de la que se derivan aceites y extractos de uso medicinal. La resina de la boswellia es un ingrediente tradicional de la medicina ayurveda india, que se utiliza principalmente para aliviar el dolor articular por sus apreciadas propiedades antiinflamatorias, que la convierten en un excelente antiinflamatorio natural.

La boswellia se ha estudiado en varios ensayos clínicos con resultados prometedores para su uso en la artritis, la enfermedad inflamatoria intestinal, la gingivitis, la diabetes y el cáncer.

La boswellia contiene ácidos triterpénicos, entre los que destacan por su eficacia terapéutica el ácido ß boswélico (KBA) y el ácido acetil 11 ß boswélico (AKBA). Contiene también trazas de aceite esencial con pineno, tuyeno, limoneno y otras sustancias volátiles, alcoholes (borneol, verbenol), goma (galactósidos) y resina. Todo ello confiere a la boswellia propiedades antiinflamatorias, analgésicas, antioxidantes e inmunoestimulantes.

Según diversos estudios clínicos, los ácidos KBA y AKBA presentes en la boswelia desarrollan una clara acción inhibidora sobre las enzimas causantes de la inflamación, frenando o atenuando el proceso inflamatorio. Al mismo tiempo aumentarían la respuesta inmunitaria del organismo. 

Se utiliza para aliviar el dolor y la rigidez de las articulaciones en procesos inflamatorios aislados o crónicos, en osteoartritis y también en procesos degenerativos como la artrosis. Entre sus beneficios, destaca que es capaz de reducir la intensidad y frecuencia del dolor y de combatir la rigidez en las articulaciones, aportando al paciente una mayor flexibilidad y movilidad en su rutina diaria y mejor calidad de vida. 

La boswellia se usa también para combatir los procesos inflamatorios que se producen en el tracto gastrointestinal, como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, como alternativa a los antiinflamatorios de síntesis, que conllevan en algunos casos severos efectos secundarios cuando se administran de manera crónica. 

Leyendo los siguientes papers, puedes continuar aprendiendo sobre este generoso árbol medicinal:

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7368679/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36869332/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11215357/

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