Malva, pura generosidad medicinal.

Benévola como pocas y noble en todo su esplendor, la Malva sylvestris es una de las plantas más generosas que nos ha dado la Madre Tierra. En esta nota te contaré todos sus secretos y cómo puedes incorporarla en tus preparados medicinales y culinarios.

Malva, pura generosidad medicinal.

Historia y origen de la Malva

La Malva es originaria de Europa, aunque su presencia se ha extendido a muchas partes del mundo. Desde tiempos antiguos, esta planta ha sido utilizada en la medicina popular por sus propiedades emolientes y calmantes. Los antiguos griegos y romanos la consideraban una planta sagrada por sus beneficios medicinales y la utilizaban tanto para problemas digestivos como respiratorios. Durante la Edad Media, su uso se popularizó en Europa como alimento y remedio natural, y fue comúnmente cultivada en jardines de monasterios y en huertos familiares.

Existen más de 30 especies de Malva en el mundo, y solo en España se encuentran al menos diez variedades. De todas ellas, la más común y conocida es la Malva sylvestris. El nombre “Malva” proviene del griego “malazos”, que significa “blando”, en alusión a su naturaleza emoliente. Por otro lado, “Sylvestris” proviene del latín “silva” (bosque), refiriéndose al hábitat natural de la planta. Esta planta medicinal se adapta fácilmente a distintos climas y suelos, lo que explica su amplia distribución geográfica.

Hasta hace poco, encontrar flores en una ensalada podía parecer exótico, pero hoy en día la gastronomía las ha integrado como un toque especial, especialmente en platos vegetarianos y veganos. Las flores de Malva no solo embellecen los platos, sino que también enriquecen nuestro cuerpo al ser consumidas.

Tanto las flores como sus hojas son comestibles y, al incluirlas en ensaladas, aportan vitaminas A, B, C, y en menor proporción, vitamina E y betacarotenos, fundamentales para la salud ocular, inmunitaria y de la piel.

Descripción botánica de la Malva

La Malva sylvestris, conocida comúnmente como Malva, es una planta herbácea bienal o perenne que puede alcanzar entre 30 y 120 centímetros de altura. Pertenece a la familia de las Malváceas y es fácilmente reconocible por sus tallos erguidos y ramificados, cubiertos de finos pelos que le dan una textura ligeramente áspera.

Sus hojas son alternas, de forma palmeada o redondeada, con lóbulos bien marcados, generalmente de cinco a siete, y bordes dentados. Están sostenidas por largos pecíolos y son de color verde oscuro, con una textura suave debido a la presencia de mucílagos en su estructura.

Las flores de la Malva son grandes y llamativas, de un característico color púrpura o violeta, con cinco pétalos que presentan líneas más oscuras que actúan como guías de néctar. Estas flores, dispuestas en racimos axilares, pueden aparecer desde finales de la primavera hasta principios del otoño. Los sépalos son lanceolados, más cortos que los pétalos y están acompañados de un cáliz dividido en cinco segmentos.

El fruto de la Malva sylvestris es un esquizocarpo, dividido en varios segmentos llamados mericarpos, que contienen una semilla cada uno. Este tipo de fruto se dispersa al abrirse, permitiendo la propagación de la planta.

Crece en terrenos variados, desde suelos fértiles y húmedos hasta áreas más secas, adaptándose fácilmente a distintas condiciones climáticas. Es una planta rústica, capaz de desarrollarse en bordes de caminos, campos cultivados y zonas no urbanizadas.

Composición química de la Malva

La Malva contiene una serie de compuestos bioactivos, entre los que destacan:

  • Mucílagos (hasta un 15%): responsables de su acción emoliente y calmante.
  • Flavonoides: con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
  • Antocianinas: pigmentos que le dan su color característico y aportan beneficios antioxidantes.
  • Taninos: que ayudan en el tratamiento de inflamaciones.
  • Vitaminas: especialmente A, B1, B2, C y E.
  • Minerales: como calcio, potasio y hierro.

Propiedades medicinales de la Malva

Hay plantas medicinales que no deberían faltar en ningún hogar, y la Malva es una de ellas. Sus beneficios para la salud son innumerables y puede protegernos de varias enfermedades comunes. Aquí te comparto algunos de sus usos más destacados:

  • Emoliente y protectora de la mucosa gástrica: Gracias a su alto contenido en mucílagos, la Malva crea una capa protectora sobre las mucosas del tracto digestivo, lo que ayuda en el tratamiento de diversas enfermedades digestivas:
  • Úlcera gástrica: Los mucílagos de la Malva forman una capa protectora en las paredes del estómago, protegiéndolo del exceso de ácido y ayudando en el tratamiento de úlceras gástricas.
  • Estreñimiento: Gracias a su acción laxante suave, los mucílagos facilitan el tránsito intestinal, de forma similar a la vaselina, pero de manera completamente natural.
  • Síndrome del colon irritable: Es especialmente eficaz cuando el colon irritable está acompañado de estreñimiento, ya que alivia la irritación y mejora la digestión.
  • Expectorante y antiinflamatoria: Los mucílagos forman una película en la mucosa respiratoria, aliviando la irritación y facilitando la expulsión de mucosidad, lo que la convierte en una excelente opción para tratar:
  • Exceso de mucosidad: Los mucílagos presentes en la malva actúan como un gel natural que ayuda a expectorar el exceso de mucosidad.
  • Catarros y congestión: Las flores de Malva son un remedio tradicional contra catarros, tos seca y dolor de garganta, aliviando los síntomas y reduciendo la inflamación.
  • Resfriados, anginas y afonía: Su capacidad antiinflamatoria la hace ideal para tratar estos trastornos respiratorios. Para potenciar su efecto, se puede combinar con eucalipto en infusión. Un estudio relevante sobre Malva sylvestris es el publicado en la revista Pharmaceutical Biology (2017), que investigó las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de los extractos de esta planta. El estudio demostró que los compuestos fenólicos presentes en la Malva, como flavonoides y taninos, tienen un efecto significativo en la reducción de marcadores inflamatorios y la neutralización de radicales libres, lo que respalda su uso tradicional en el tratamiento de enfermedades inflamatorias y problemas cutáneos.
  • Hidratante y cicatrizante: Además de sus propiedades medicinales, esta planta es un excelente recurso cosmético. Ayuda a prevenir la “pérdida transepidérmica de agua”, que es clave para mantener una piel saludable e hidratada desde las capas más profundas. A diferencia de la humectación superficial que obtenemos con cremas, la Malva trabaja hidratando las células de las capas internas de la piel. Esto la convierte en un aliado para tratar eczemas, dermatitis y heridas superficiales.

Cómo consumir la Malva de forma correcta

La Malva puede ser utilizada de varias maneras según el tipo de afección a tratar:

  • Infusión: Ideal para el tratamiento de problemas digestivos y respiratorios. Se recomienda una cucharada de flores secas por taza de agua caliente, dejar reposar 10 minutos y colar antes de beber.
  • Cataplasmas: Para tratar afecciones de la piel, las hojas y flores frescas se machacan y se aplican directamente sobre la zona afectada.
  • Ensaladas: Las hojas jóvenes y las flores frescas pueden consumirse en ensaladas, aportando vitaminas y antioxidantes.
  • Extracto glicólico: Para mantener tu piel humectada de forma natural, puedes preparar un extracto glicólico casero: coloca 50 gramos de malva en un frasco, cúbrelo completamente con glicerina vegetal, y déjalo macerar de dos semanas a un mes. Una vez listo, cuela el contenido y obtendrás un extracto que puedes usar directamente sobre la piel o añadirlo a tus preparados cosméticos.

Contraindicaciones y precauciones de la Malva

Aunque la Malva sylvestris es generalmente segura para el consumo, existen algunas precauciones a tener en cuenta:

  • Interacciones medicamentosas: Dado su alto contenido en mucílagos, puede interferir en la absorción de ciertos medicamentos, por lo que se recomienda esperar al menos una hora antes o después de tomar medicación.
  • Embarazo y lactancia: No se recomienda su uso prolongado sin supervisión médica durante el embarazo y la lactancia.
  • Alergias: Aunque es raro, algunas personas pueden ser alérgicas a los componentes de la Malva. Se sugiere realizar una prueba de alergia antes de su uso tópico.

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Flor.

Referencias

  1. Martínez, M., “Plantas Medicinales: Guía de Consulta”. Ediciones Omega, 2018.
  2. Pardo de Santayana, M., et al. “Ethnobotany in the Mediterranean: Uses and Traditions of Plants in Spain.” Springer, 2010.
  3. González-Tejero, M., et al. “Medicinal Plants in the Mediterranean Area: Synthesis of Their Benefits.” Journal of Ethnopharmacology, vol. 131, no. 2, 2012.
  4. Jiménez, S., et al. “Antioxidant and Anti-inflammatory Properties of Malva sylvestris Extracts in Medical Applications.” Phytotherapy Research, vol. 30, no. 4, 2016.

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